jueves, 7 de mayo de 2015

Libro de Juan (El rescate de Sara) PGN. 162



Dime ¿qué ocurrió después de que te adentraras en el bosque? No, no pude hacerlo con el niño. Si lo hacía sola adelantaría más, saldría corriendo y cuando estuviera a punto de entrar en el bosque lo llamaría para  hacer que se alejara del niño y con la ventaja que le llevaba sería suficiente para llegar a casa del vecino.

Aproveché que se había sentado cerca del montón de leña, Salí corriendo, lo llame se sorprendió al escuchar mi voz, miro en dirección donde me encontraba. Salio corriendo me sorprendí  que avanzara tan a prisa. Cuando me di cuenta estaba cerca de mí. Llegue a casa de los vecinos, llame a la puerta, grite su nombre -por favor ábranme -seguí corriendo esta vez me dirigía hacia la carretera, ya casi  me estaba alcanzando. Tropecé con algo perdí el equilibrio, caí al suelo,  iba a reincorporarme, pero, desistí… -ya no tenía remedio –pensé.

Allí estaba el empuñando el hacha con las dos manos -empezó a levantar los brazos mientras decía. Bueno aquí acaba todo para ti. Yo solo esperaba recibir el golpe -¿porque quieres matarme? –le ¡¡grite!! Tu sabes bien porque! Yo no quería que lo tuvieses ¿Recuerdas que te lo dije? Primero acabare contigo después regresare y lo matare a él. Vi su rostro, sus ojos estaban llenos de ira. Pero! ¿Por qué….?. En aquel instante se escuchó un aullido, fue algo estremecedor, el eco provenía de todas partes. El maldijo, desvió la mirada, anduvo unos pasos hacia atrás. Me reincorpore; allí estaba el perro dando unos ronquidos que helaban al sangre. Él se puso en guardia con el hacha, en un tono amenazante, pero estaba totalmente desconcertado. Aproveché corrí a la casa. Entre a toda prisa para evitar que el llegara. Fui directamente hacia donde estaba la cuna. Me lleve un gran susto… Allí estaba el perro junto  a mi hijo, era… Su tono ya no era amenazante. Ahora emitía unos gruñidos leves… sin dejar de mirar al niño.



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