martes, 28 de abril de 2015

Libro de Juan (El rescate de Sara) PGN 3




En aquel momento me vino a la mente el movimiento de aquellos matorrales allí junto al arbusto, de nuevo fije la vista sobre aquel punto: nada no se mueve nada. En ese instante me invadió una sensación extraña, una mezcla de preocupación, miedo y a la vez curiosidad. Decidí acercarme hasta allí a ver si había algo o todo era fruto de mi imaginación.

Empecé a descender, iba de prisa… Unos pasos y tuve que aminorar la marcha, el corazón empezó a latirme de prisa en ese instante se estaba apoderando de mí una tensión -tengo…tengo que tomármelo con calma –pensé. Debo ir  más despacio, no quiero que me ocurra lo de antes, me siento débil! y cualquier alteración de este tipo me afecta bastante. Si tengo que tomarme todo esto con más calma, parece que la vida aquí no promete demasiado, no puedo quedarme con los brazos cruzados, tengo que buscar algo, la manera de salir de aquí.

De un arbusto caído y medio seco me hice un bastón, necesitaba algo donde apoyarme y también la fatalidad quien sabe -pensé, podría cruzarse en mi camino algún reptil, u otro animal, -siempre es bueno ir prevenido –pensé.
Me faltaban unos pasos para llegar al lugar, cuando a través de los arbustos, allí en los matorrales pude ver una  figura caída en suelo, me llevé un gran sobre salto. Avance rápido hasta llegar a su altura. Era una mujer rubia, aparentaba unos treinta y tantos años. Reaccione corrí a su lado, tome las constantes sus pulsaciones apenas eran perceptibles, las pupilas, no me gustó nada lo que vi. Su, su estatura: debía de medir un metro setenta y tantos, extremadamente delgada.



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