Y menos ese que en
algún momento te ha torturado. Lo sé, y disculpe por dudar de la persona que
nos esta… -será mejor que nos pongamos en marcha –dije, para sacarlo de la
situación…, de la búsqueda de aquella afirmación que no encontraba por ninguna
parte.
Estamos llegando –¿y
no sería mejor que desayunáramos en casa?… bueno en su casa; yo me pondría y
haría lo que fuera. No, en primer lugar, porque regresáis de un largo viaje y
tu no estas para meterte en la cocina. Y en segundo lugar porque. Aquello
parece un campo de batalla… el lava vajillas se ve congestionado lo oigo toser
por las noches, la nevera, está vacía y triste… creo que es la que más te echa
de menos… Luego está la lavadora, allí la pobre sepultada de ropa sucia… a
veces la escucho en el silencio de la noche pronunciar tu nombre implorando… Amanda, por favor vuelve… Sabes,
percibo que es toda la casa la que ansía tu regreso…. -Señor simón, que se ha
pasado el desvió… -dijo Rafael -¡demonios!,
Disculpad… -Señor, creo que es el poder de la casa la que nos arrastra... oigo
como pronuncia una y otra vez el nombre de Amanda. Sí, es posible… Pero el
espíritu de la casa tendrá que esperar a que desayunemos y tomemos el café
tranquilamente ¿no os parece? -Rafael me rozo con el codo insinuando que mirara
atrás. Una fugaz mirada por el retro interior me vasto para entender que Amanda
simulaba un interés en el niño y en el paisaje intentando reprimir la risa… Al
final estallo una carcajada contagiándonos a todos… Pero a mí me contagió más
la risa despreocupada y escandalosa de Rafael que la de ella… No se vuelva a pasar el desvió
dijo el a trompicones la frase. -jejejeje tranquilos la situación está bajo
control.