martes, 28 de abril de 2015

Libro de Juan (El rescate de Sara) PGN 3




En aquel momento me vino a la mente el movimiento de aquellos matorrales allí junto al arbusto, de nuevo fije la vista sobre aquel punto: nada no se mueve nada. En ese instante me invadió una sensación extraña, una mezcla de preocupación, miedo y a la vez curiosidad. Decidí acercarme hasta allí a ver si había algo o todo era fruto de mi imaginación.

Empecé a descender, iba de prisa… Unos pasos y tuve que aminorar la marcha, el corazón empezó a latirme de prisa en ese instante se estaba apoderando de mí una tensión -tengo…tengo que tomármelo con calma –pensé. Debo ir  más despacio, no quiero que me ocurra lo de antes, me siento débil! y cualquier alteración de este tipo me afecta bastante. Si tengo que tomarme todo esto con más calma, parece que la vida aquí no promete demasiado, no puedo quedarme con los brazos cruzados, tengo que buscar algo, la manera de salir de aquí.

De un arbusto caído y medio seco me hice un bastón, necesitaba algo donde apoyarme y también la fatalidad quien sabe -pensé, podría cruzarse en mi camino algún reptil, u otro animal, -siempre es bueno ir prevenido –pensé.
Me faltaban unos pasos para llegar al lugar, cuando a través de los arbustos, allí en los matorrales pude ver una  figura caída en suelo, me llevé un gran sobre salto. Avance rápido hasta llegar a su altura. Era una mujer rubia, aparentaba unos treinta y tantos años. Reaccione corrí a su lado, tome las constantes sus pulsaciones apenas eran perceptibles, las pupilas, no me gustó nada lo que vi. Su, su estatura: debía de medir un metro setenta y tantos, extremadamente delgada.



lunes, 13 de abril de 2015

Una pagina del libro que estoy escribiendo: (El infierno de Mónica)




Vicente se disponía a hacer la última ronda de su turno en los pasillos del segundo almacén del matadero, iba a se dirigía a uno de los tres primeros controles de temperatura de las cuatro cámaras… cuando de pronto se encontró… -pero ¿qué demonios estás haciendo aquí? –dijo.
Entre dos filas de terneros colgados de las vigas acabo de transformarse la figura de un hombre… Maldita sea Ginés quiero una explicación y rápido… ¿sabes que tengo que llamar a seguridad y que seguridad lo ara a la policía? ¿Sabes que acabas de meterme en un buen lío… ¡¡vamos explícame de una vez…!!

Señor, lo que le he contado es la verdad… siento que sea usted el que este en este momento… de verdad. Por favor ayúdeme a salir de aquí… -Si, pero como lo hago sin que esos que rondan alrededor de la nave industrial no se enteren… y sobre todo el que ha de venir a relevarme en el puesto. Señor tiene que haber alguna forma de evadir a… -Déjame pensar, ¡¡maldita sea!!.

Buenas noches Vicente, ¿buenas? Lo serán para ti. De momento llegas veinte minutos tarde, que ¿esperas que esté contento? Vamos hombre! -Ni hombre ni leches. Ten aquí tienes el informe de todos los controles… y ahora échame una mano con este carro. ¿A dónde lo lleva? -¿Dónde va a ser? A la camioneta, o a caso has olvidado el pedido de los hoteles y restaurantes… -No, pero eso, ¿no es lunes y jueves? No, es cada dia, los lunes y jueves incluye Ribera blanca… bueno basta ya de preguntas ¿Me hechas una mano o no? –Está bien… Diablos, pero que lleva aquí ¿un ternero entero? No, pero casi… venga ¡¡arriba!!.
-Iba cerca de la puerta de salida, le temblaban las manos en el volante de la camioneta –El muchacho lleva casi media hora –pensó, ahí bajo el cuerpo de la ternera. -Hola  –dijo el guarda saliendo de la cabina de control… vamos a ver… Informe de salida… está bien, trescientos kilos… lugar de destino hotel… hotel, otro hotel, restaurante y otro restaurante. Bien ya solo levanta la lona que enfoco con la linterna…

–¿Que diablos ha sido eso? No sé ha sido allí en la valla… si un fogonazo y… –bueno yo me tengo que ir. Si vale, levanto la barrera.

–-Estoy lejos –pensó no debo perder ni un momento, a ver si este sigue con vida… -he, he ¿Cómo vas? Dios mio señor me muero de frío… -vamos pasa aquí toma este trozo de manta, pero antes quítate la ropa… ahora vamos a mi casa, te pondrás ropa limpia; tienes suerte, los dos hacemos la misma talla… bueno o casi la misma… -sabes creo que a pesar de todo es tu noche de suerte, primero desactivas un sistema de cierre, después tienes la suerte de que un idiota como yo esta de turno y por ultimo… ese fogonazo en la valla evita que el guarda hubiera sentido la tentación de hurgar bajo el cuerpo de la ternera helada… Si definitivamente creo que es el dia que más te a acompañado la suerte en toda tu jodida vida. Y… si te soy sincero también lo ha sido para mí.