Vicente se disponía a hacer la última ronda de su
turno en los pasillos del segundo almacén del matadero, iba a se dirigía a uno
de los tres primeros controles de temperatura de las cuatro cámaras… cuando de
pronto se encontró… -pero ¿qué demonios estás haciendo aquí? –dijo.
Entre dos filas de terneros colgados de las vigas
acabo de transformarse la figura de un hombre… Maldita sea Ginés quiero una
explicación y rápido… ¿sabes que tengo que llamar a seguridad y que seguridad
lo ara a la policía? ¿Sabes que acabas de meterme en un buen lío… ¡¡vamos
explícame de una vez…!!
Señor, lo que le he contado es la verdad… siento
que sea usted el que este en este momento… de verdad. Por favor ayúdeme a salir
de aquí… -Si, pero como lo hago sin que esos que rondan alrededor de la nave
industrial no se enteren… y sobre todo el que ha de venir a relevarme en el
puesto. Señor tiene que haber alguna forma de evadir a… -Déjame pensar,
¡¡maldita sea!!.
Buenas noches Vicente, ¿buenas? Lo serán para ti.
De momento llegas veinte minutos tarde, que ¿esperas que esté contento? Vamos
hombre! -Ni hombre ni leches. Ten aquí tienes el informe de todos los
controles… y ahora échame una mano con este carro. ¿A dónde lo lleva? -¿Dónde
va a ser? A la camioneta, o a caso has olvidado el pedido de los hoteles y
restaurantes… -No, pero eso, ¿no es lunes y jueves? No, es cada dia, los lunes
y jueves incluye Ribera blanca… bueno basta ya de preguntas ¿Me hechas una mano
o no? –Está bien… Diablos, pero que lleva aquí ¿un ternero entero? No, pero
casi… venga ¡¡arriba!!.
-Iba cerca de la puerta de salida, le temblaban las
manos en el volante de la camioneta –El muchacho lleva casi media hora –pensó,
ahí bajo el cuerpo de la ternera. -Hola
–dijo el guarda saliendo de la cabina de control… vamos a ver… Informe
de salida… está bien, trescientos kilos… lugar de destino hotel… hotel, otro
hotel, restaurante y otro restaurante. Bien ya solo levanta la lona que enfoco
con la linterna…
–¿Que diablos ha sido eso? No sé ha sido allí en la
valla… si un fogonazo y… –bueno yo me tengo que ir. Si vale, levanto la
barrera.
–-Estoy lejos –pensó no debo perder ni un momento,
a ver si este sigue con vida… -he, he ¿Cómo vas? Dios mio señor me muero de frío… -vamos pasa aquí toma este trozo de manta, pero antes quítate la ropa…
ahora vamos a mi casa, te pondrás ropa limpia; tienes suerte, los dos hacemos
la misma talla… bueno o casi la misma… -sabes creo que a pesar de todo es tu
noche de suerte, primero desactivas un sistema de cierre, después tienes la
suerte de que un idiota como yo esta de turno y por ultimo… ese fogonazo en la valla
evita que el guarda hubiera sentido la tentación de hurgar bajo el cuerpo de la
ternera helada… Si definitivamente creo que es el dia que más te a acompañado
la suerte en toda tu jodida vida. Y… si te soy sincero también lo ha sido para mí.
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