domingo, 15 de enero de 2017

2PGN. de mi Libro sin editar: (El rescate de Sara)

2 PGN de mi libro, sin editar (El rescate de Sara).

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Karen no se sentiría sola, porque estaría junto a Teresa y con Loryn cuando regresara. Germán entraría en la oficina. Tú… tengo tres sitios, puedes elegir el que más te guste. Teresa podría entrar como ayudante de Erika en la cocina y ocasionalmente sirviendo en la barra.

No tenía sueño pero estaba cansado, tumbado en la cama sin quitarme la ropa. Un Tsunami de pensamientos se abatió sobre mí. El que más me atormentaba era que llevábamos más de una semana y no habíamos avanzado prácticamente nada sobre Sara. Nuestra situación económica no era muy boyante -encontrar a Sara no parece que va a suceder de inmediato –pensé-, a no ser que suceda algún milagro. Esperábamos con ansiedad el resultado de las pruebas del ADN de la exhumación del cadáver. Lo más alentador de todo eran las ofertas de trabajo que existían por parte de Berk: que después de un pequeño debate habíamos, aceptado sin ningún voto en contra.

Tenía sed me levanté, me bebí un vaso de agua, me llené otro y casi me lo acabé. Hum ¿qué me abra provocado esta sed tan terrible?. 

Oh…Dios que desesperación las tres y aun no me puedo  dormir. Abrí el cajón de la mesita donde tenía la cartera, y una pequeña radio  que siempre llevaba con migo. -Atila -me dije-. Ofrecía su trono por un caballo. Yo doy el mío por una pastilla… para poder conciliar el sueño. ¿Qué diría Atila si supiera que yo doy mi reino por algo tan diminuto como una pastilla? Posiblemente se moriría de risa… -reí, para mis adentros.

El silencio era sepulcral, en aquellos instantes era lo que más me atormentaba. Fui hacia la ventana había dejado de nevar pero el viento seguía soplando. Las fuertes rachas arrastraban la nieve formando

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Remolinos. Abrí la ventana solo un instante pensando; a ver si el viento entra, forma remolinos también con mis nefastos pensamientos y los arrastra como hace con la nieve -¡Si, que se los lleve muy lejos! Más allá del infinito.

El aire cortaba como el filo de la navaja de un barbero. Cerré la ventana, me bebí otro vaso de agua -Cielos pero que me pasa esta noche –pensé, estoy bebiendo más agua que en toda mi vida. 

Acabé de desvestirme me arropé casi hasta los ojos. No fue la solución a mi insomnio. De nuevo miles de pensamientos  revoloteaban en mi cabeza como las golondrinas alrededor del nido. Uno se sobrepuso a todos ¿Cómo estará Karen? Se habría repuesto de la crisis que había sufrido hacia unas horas ¿Dormirá bien? No creo, lo más seguro es que Teresa  la estará calmando en más de una ocasión. –Pobrecita -pensé no se acostumbra del todo ha vivir con sus demonios. Tengo que conseguir entrar ahí a ese mundo misterioso, llegar a ese lugar en  mente descubrir eso que te atormenta, pero… <

Escuche unos golpes fuertes y persistentes en la puerta acompañados de voces -¡pero qué diablos pasa ahí afuera! –pensé. Si, un momento, ya voy... ya voy. Pero cariño que te ocurre que no contestas. Lo siento es que no me podía dormir. La última vez que mire el reloj eran cerca de las cinco. Oh! que  susto nos has dado. German ha ido a que le dejen la llave de la habitación para abrir…Aquí llega. -¿Que ocurre ¿te as quedado transpuesto? Lo siento…yo.


.Unos ladrones habían asaltado un chalet y avían robado. En él solo se encontraba una señora mayor. Un coche había

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