viernes, 16 de septiembre de 2011

Libro de Juan: El vajero de los Mundos PGN. 352

Eso le tranquilizó, ami también. Ella espera, siempre dice que
un dia te vera asomar por la puerta y que apartir de ahí no le
importa que la muerte apresure su paso y se la lleve –cielo ve-
ndito…Dios mio, no, no sabia que alguien me quisiera tanto. Yo
era muy pequeña mis recuerdos hacia ella son bagos, pero sie-
mpre la llebo dentro y la quiero esa es la razón por la que estoy
aquí. -Esta bien esperad aquí solo será un instante voy a prepa-
rarla un poco…ella esta… -si Papa ya le he contado.
¿Que haces aquí? Tienes que esperar!! Si, ya…ya viene, esta
Ahí fuera ¿de verdad? Y ¿Por qué la dejas sola? No esta sola
Tu Hija esta con ella. Vamos!! Hombre ayudame ve al armario
y sacame el uniforme limpio… y en ese cajón… -si ya lo se es-
ta el peine, el color de rostro y labios. ¿Qué te parece? ¿Cómo
me ves? ¿crees que no se llebara un susto de muerte? Le as
contado que tengo el rostro disfigurado? Si, si…
Vamos azle pasar, que pase mi niña que me muero por abraz-
arla y estrecharla en mis brazos. Pero ella a crecido! Ya lo se,
timpano de hielo, es una forma de hablar. Vamos date prisa!!!…
Oh…pero. Ya eres una mujer eres muy bonita, mas que cuan-
do te rescate de entre las llamas ¡cielo…perdona, no te dejo ha-
blar, No importa me gusta el tono tan cariñoso que empleas
conmigo…Bueno…yo…te quiero mucho he venido en el ensta-
nte que el destino me lo a permitido, siento que no haya podido
ser antes –oh mi cielo no estes triste por eso. Nadie puede alte-
rar la evolución de los seres humanos, lo importante es que te
tengo aquí ahora ya me… -no digas nada tu te vas acurar y vas
a vivir mucho tiempo aun te quedan dos regeneraciones –no
mi niña, esto no hay quien lo detenga estamos en cuarentena,
no podemos desplazarnos a ninguna parte para una posible in-
tervención. Cuantame cosas de tu vida…

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