PGN. 166
Les habla el comandante Opak, de la de la nave Esfinge est-
elar. Miembro de la flota de naves interplanetarias de la con-
Federación de mundos civilizados.
Le escucho perfectamente Comandante Opak. ¿Es usted el-
Comandante Ocun? Afirmativo señor, yo también tengo el honor
de pertenecer a esa legendaria flota desde hace muchos a-
ños. -Comandante Ocun, ¿Qué fue lo que le indujo a asesinar
a su tripulación y venir a este remoto he inhabitable mundo?
¿Por qué ha traicionado usted a la confederación i a todos los
que depositaron en usted su confianza?
Señor, Opak solo le diré que nunca traicione a nadie. Me pue
den acusar de lo que quieran. Tengo mi conciencia tranquila.
–Comandante Ocun desde este momento queda usted y los
suyos bajo arresto, denos el control de la nave Escelsius y co-
labore en sacarla de esa atmósfera, después nosotros nos hare-
emos cargo de todo. Há! Una cosa no intente nada contra
nosotros, no abandone la nave, ni usted ni nadie de su familia
¿queda claro?.
Estoy de acuerdo en todo, pero hay algo que no puedo hacer,
no puedo darles el control de Escelsius porque no tengo ningún
control sobre esta nave desde que me confinaron aquí.
–jajajajajaja, comandante veo que tiene un sentido del humor
muy acusado. Pero le advierto que no estoy para bromas, ha-
ga lo que le estoy ordenando, facilítenos las cosas y será mas
fácil para todos. –comandante le estoy diciendo la verdad, si
tuviera algún control sobre Escelsius no me hallaría atrapado
aquí, estaría intentando el modo de aproximarme al sistema
de mundos civilizados, pidiendo ayuda, ¿me entiende?. Señor
Ocun entréguenos el control de Escelsius por las buenas…
¿Qué es lo que está pasando? ¿Dios mío donde va Onni?. No
se alarme señora.
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