PGN.
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Entre
unas cosas y otras se nos ha hecho un poco
tarde,
tenéis Hambre ¿verdad? Yo si ¿y tú Westlie?
Bastante.
Ahí más adelante al lado de la carretera
hay
un restaurante, recuerdo cuando, conducía el
camión.
Haber parado en más de una ocasión y re-
cuerdo
que la comida no estaba nada mal.
Tio
John ¿Qué quería preguntarte la policía? Cosas
sobre
tu padre, de su pasado y también del mío, nada
solo
corroborar unos datos, a tu padre lo tenían en otro
centro.
La policía se les hecho en cima por sorpresa
y
como suele ocurrir en estos casos y acabo con sus
planes,
lo hizo inmediatamente después de la oper-
ación
llevada a cabo en el lago.
Bien,
ahí está el desvío, hemos llegado, os confieso,
que
yo también me muero de hambre. Esperadme
dentro,
voy a poner combustible solo será un instante.
Te
sientes más tranquila ¿verdad? Si, totalmente re-
lajada
parece mentira a veces te sientes morir y en
un
instante todo vuelve a la normalidad, sientes
como
si nada hubiera pasado, Dios mío que complejo
que
llega a ser el cuerpo humano. ¿Que te parece mi
tio,
quiero decir su comportamiento en general con
las
dos? –super, nunca experimentas la sensación de
que
estas compartiendo con una persona mucho ma-
yor
que tú. Su carácter es noble y calido, infunde
confianza…ya
me gustaría a mí encontrar a un hom-
bre
asi para, compartir el resto de mi vida con él.
Chicas
habéis decidido ya lo que vais a pedir? –yo
una
ensalada de atún y pechuga de pollo y Westlie
se
inclina lor salmon ahumado con pasas y nueces…
-bien
pues yo por un entrecot bien pasado con dos
gotitas
de salsa de chile. Tío John, eso debe ser
explosivo,
a ver si vas a acabar echando humo por
las
orejas jejeje. No me importa se que entre las dos
lograríais
apagar el fuego ¿pedirías eso si estuviera
Tía
Rosita? No, sería un suicidio!.
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